miércoles, 21 de diciembre de 2011

Días raros

Hoy  acaba un día de esos que no terminan de ser malos, pero tampoco buenos. Empiezan con un mal sabor de boca después de un mal sueño y  no acabas de conectar con nada, los dejas hacer como mera espectadora pero sin ganas de participar y sin muchas fuerzas para cambiarlos. No siempre es fácil eso de "practicar la presencia", de sentirse uno dentro y no dejar de sentir nada de lo que pase fuera...Hoy ha sido uno de esos días y quizá por ó a pesar de eso, necesitaba compartirlo.

3 comentarios:

  1. Bienvenido sea "el día del espectador", más barato y menos importa la película que se vea por una sencilla razón...¡cuesta menos!. Por otro lado la obras de teatro, por variar el arte escénico, no sólo se componen de la voz de sus actores, sino también de sus silencios, de los huecos que dejan al pasar y de los escenarios en los que el guión no les permite entrar y, por supuesto, de su poyección que hará que el respetable termine de rellenar o dar sentido y decida al final y solo al final si aplaudir o llorar.

    ResponderEliminar
  2. Lástima que en la vida el presente ya es pasado y el futuro ni siquiera existe ya que la "obra" podría terminar mañana, incluso ahora mismo, y es arriesgado desperdiciar un minuto más aún cuando uno es el protagonista....;)

    ResponderEliminar
  3. No siempre el papel protagonista es el nominado al Oscar, cierto que la vida es a nosostros lo que nosotros a la vida y nos convertimos por ello en máquina expendedora y receptora de la misma, no obstante, aunque no estemos diseñados ni concebidos para soportarlo, no podemos controlar el tiempo, el tiempo pasa y está, o, mejor dicho, y ya está. Todos los minutos desempeñan un papel fundamental en nuestras vidas, no se pueden separar unos de otros, lo que pasa es que a veces nadamos a gusto a favor de corriente, otras no queremos nadar, otras en contra pero, por mucho que nos empeñemos, la corriente nos acaba llevando. Algunos autores definen el famoso "sexto sentido", socialmente atribuido a las mujeres, (sólo socialmente, eh!), como la capacidad de ser participantes y espectadores de dicha participación y sus "causales consecuencias" al mismo tiempo, bueno, no voy a discutirlo, siguiendo con nuestra analogía podríamos decir que es el ratito que nos agarramos a la roca para vernos descender por la corriente del río. Quizá ese ratito que estamos agarrados nos ayuda a querer bajar nadando de espaldas mejor que buceando....

    ResponderEliminar