jueves, 26 de enero de 2012

Vuelta al pasado....

Gracias al reencuentro con una vieja amiga, esta semana he tenido la oportunidad de "volver" al pasado. Nuestras vidas coincidieron cuando todo estaba aún por estrenar, en ese momento en el que toca tomar decisiones tan importantes como a que dedicarnos, en el que tenemos que entrar en la vida adulta o construirnos una cuando todavía no sabemos ni quienes somos ni mucho menos a dónde vamos. Aquella época para mí fue muy dura, me tocó lidiar con una enfermedad que anula lo más importante, que destruye lo más necesario para crecer y es la relación con uno mismo. Fueron tiempos difíciles pero realmente no los cambiaría por nada porque gracias a eso he aprendido tanto que creo que de otra forma no hubiera sido lo mismo y con esto llego a donde quería...gracias a este reencuentro he sido más consciente todavía si cabe de lo que me gusta mi vida. Me gustaría poder decirle a aquella chica tan hundida, tan perdida todo lo que iba a conseguir. Como iba a aprender a conocerse, a superarse y a sacar lo mejor de ella. Como iba a tener la fortuna de contar con todo el apoyo, comprensión y ayuda si la pedía . Como con el tiempo iba a conseguir encontrar a alguien con quien compartir su vida, con quien completarla. Y por último, y lo más importante, como descubriría el sentido de todo esto cuando se convirtiera en madre, lo que más me gusta y lo mejor que he hecho nunca. Una vez leí una definición de la palabra felicidad que me pareció muy acertada, pese a la dificultad que entraña tratar de definir lo indefinible: "ser feliz es despertarse cada día donde quieres estar y con quien quieres estar".....En mi cama somos cuatro y no se puede ser más feliz.

lunes, 9 de enero de 2012

Bendita inocencia...

Quizá una de las cosas más alucinantes cuando eres madre es irles viendo crecer y aprender cada día, cada minuto, cada segundo.
Uno de los aprendizajes más sorprendentes es el habla. Poder empezar a comunicarte con ellos de manera más fluida, saber si tienen frío o calor, hambre o sueño, ayuda a tranquilizar nuestra inquietud por satisfacer sus necesidades lo antes posible.
Pero lo realmente sorprendente es la sinceridad que cada una de esas palabras recién aprendidas encierra. Van aprendiendo a nombrar lo que les sucede, intentan traducir en palabras lo que sienten y todo es tan sincero, están tan llenas de verdad que merecen admiración y respeto, deberían recordarnos cuando dejamos de hacerlo, cuando perdimos la inocencia y empezamos a escondernos en verdades a medias, dobles sentidos, mentiras piadosas etc...
Por eso cuando te dicen que te quieren sabes que tienen el corazón llenito de amor, cuando te llaman "tonta" sabes que en ese momento eso es lo que les pareces, por el motivo que sea, en ese momento lo eres.
"No quiero más" no porque haya que mantener el tipo o comer sano, porque su cuerpo no necesita más (aunque sean galletas de chocolate).
"¿Tienes ganas de volver al cole para ver a tus amigos? les habrás echado de menos"...."NO!! me gustan más los fines de semana" ( ¿a quién no?)...
Cada día lleno de ejemplos de espontánea, abrumadora sinceridad que despierta admiración y cierta envidia, deseos de que tarden en perder esa bendita inocencia que les hace decir cosas como: "Papá te quiero mucho... pero a mamá la quiero más" con gran cara de circustancias y compasión hacia papá....No es para comérselo??