lunes, 9 de enero de 2012

Bendita inocencia...

Quizá una de las cosas más alucinantes cuando eres madre es irles viendo crecer y aprender cada día, cada minuto, cada segundo.
Uno de los aprendizajes más sorprendentes es el habla. Poder empezar a comunicarte con ellos de manera más fluida, saber si tienen frío o calor, hambre o sueño, ayuda a tranquilizar nuestra inquietud por satisfacer sus necesidades lo antes posible.
Pero lo realmente sorprendente es la sinceridad que cada una de esas palabras recién aprendidas encierra. Van aprendiendo a nombrar lo que les sucede, intentan traducir en palabras lo que sienten y todo es tan sincero, están tan llenas de verdad que merecen admiración y respeto, deberían recordarnos cuando dejamos de hacerlo, cuando perdimos la inocencia y empezamos a escondernos en verdades a medias, dobles sentidos, mentiras piadosas etc...
Por eso cuando te dicen que te quieren sabes que tienen el corazón llenito de amor, cuando te llaman "tonta" sabes que en ese momento eso es lo que les pareces, por el motivo que sea, en ese momento lo eres.
"No quiero más" no porque haya que mantener el tipo o comer sano, porque su cuerpo no necesita más (aunque sean galletas de chocolate).
"¿Tienes ganas de volver al cole para ver a tus amigos? les habrás echado de menos"...."NO!! me gustan más los fines de semana" ( ¿a quién no?)...
Cada día lleno de ejemplos de espontánea, abrumadora sinceridad que despierta admiración y cierta envidia, deseos de que tarden en perder esa bendita inocencia que les hace decir cosas como: "Papá te quiero mucho... pero a mamá la quiero más" con gran cara de circustancias y compasión hacia papá....No es para comérselo??

2 comentarios:

  1. " Aquellos locos bajitos..." como decia la canción. La verdad que el caso es curioso, por una parte disfrutamos y hasta envidiamos la inocencia de los niños, sin duda el mejor estado para interpretar el mundo (o caos) que nos rodea, sin embargo, nosotros mismos nos convertimos en verdugos de la misma, poco a poco tendrá que ir al colegio para poder después..., tendrá que moderar sus palabras para atender a ciertos convencionalismos...,no se podrán hacer determinadas cosas por miedo a..., en definitiva, iremos propiciando que su razón, o consciencia e inconsciencia colectiva lo vaya sometiendo. Pero tranquilos, la ley de la selva hay que aprenderla según nos dice Baloo, además, no creo que se pierda la inocencia, es más una cuestión de reminiscencia y rebeldía, de trabajar como niños y jugar como adultos, o qué se yo!!

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